Democracia y ciudadania

 

Democracia y Ciudadanía 
El análisis comparativo y la investigación de medios y democracia

Aunque el análisis comparativo es uno de los métodos fundamentales de las ciencias sociales, desde sus orígenes en el siglo XIX, es muy reciente en el campo de la comunicación. Hubo, por supuesto, una aspiración al análisis comparativo, y una tradición basada en el libro de Siebert, Peterson y Schramm, Tour Theories of the Press, editada en 1956. Pero de verdad, el campo no desarrolló mucho durante las tres décadas después de la salida de este libro. Hoy día, en contraste, este campo de investigación se está formando, en comunicación y también en ciencias políticas, donde hay un nuevo interés en los medios de comunicación.

En esta presentación, quiero esbozar un argumento acerca de la función del análisis comparativo específicamente en relación al tema de esta mesa, la responsabilidad de al
investigación ante la democratización de los medios. Este tema nos enfoca, en parte, en
la función normativa de la investigación.
Y esta es, precisamente, uno de los problemas más complejos en el desarrollo de la
investigación comparativa en comunicación. El estudio del campo de la comunicación, y en especial el estudio del periodismo, siempre tenía un carácter fuertemente normativo.
Esto es debido en parte a sus raíces en la enseñanza profesional, donde se da más importancia a la reflexión sobre lo que debería ser el periodismo que al análisis detallado de lo que es y de por lo que debería ser el periodismo que al análisis detallado de lo que es y de por qué es como es. Por lo tanto es evidente que un libro como el de Merrill y Fisher (1980), the World´s Great Dailies: Profiles of Fifty Newspaper [Los grandes diarios del mundo: los perfiles de cincuenta periódicos], no hablará de los periódicos más representativos del periodismo de sus respectivos países o los de mayor tirada, sino de los «grandes» periódicos, los que de alguna manera son modelos de práctica profesional. Mancini y yo planteamos que este carácter normativo del campo de estudio es una de las causas principales del retraso del campo. Cuatro teorías sobre la prensa también tienen un carácter claramente normativo y emite un juicio sobre los sistemas de prensa mundiales en términos de su distancia del ideal liberal de una prensa neutra «vigilante» y libre de intervención del Estado. El resultado es un análisis que no reconoce y no explica la variedad de diferentes pautas históricas o la complejidad empírica de los varios sistemas. Gran parte del análisis comparativo posterior, especialmente en Estados Unidos, estuvo relacionado con la teoría de la modernización, que comparaba los sistemas de prensa mundiales con el ideal liberal, excepto en el que el polo opuesto era el subdesarrollo, en lugar del totalitarismo. El modelo liberal, tan reverenciado en la teoría normativo y basado principalmente en la experiencia norteamericana y, en menor medida británica, se ha difundido tanto por el mundo entero que otros conceptos de periodismo no están formulados claramente ni siquiera por los que los ponen en práctica.

Incluso dentro de Estados Unidos el ideal normativo de una prensa «vigilante», neutra e
independiente, conduce a que los periodistas tengan puntos ciegos en su apreciación de
lo que hacen, ocultando muchas funciones − por ejemplo, la de celebrar valores de
consenso − que no están comprendidas en el modelo normativo. La distancia entre lo
ideal y la realidad es mucho mayor en países como Italia o España, donde los periodistas se declaran fieles seguidores del modelo liberal de neutralidad y objetividad, a pesar de la práctica real del periodismo esté profundamente arraigada a una tradición de prensa de opinión partidista. En los estudios realizados el modelo liberal angloamericano ha sido conceptualizado, incluso por sus críticos, de forma mucho más amplia que cualquier otro modelo de sistema de medios de comunicación. Además, los análisis comparativos tienden a privilegiar juicios normativos, y demuestran con frecuencia un cierto maniqueísmo (como Cuatro teorías sobre la prensa). Esto también ocurre en el caso de partidarios del modelo liberal, y también con sus críticos, como Jean Chalaby, que representa la historia de los medios de comunicación franceses y británicos como un desplazamiento hacia lo que él considera el antideal de unos medios de comunicación comerciales y despolitizados.


Nuestro intento de Comparing Media Systems fue de empezar con un punto de vista
histórico y empírico, para entender por qué se desarrollaron de diferentes maneras los
sistemas de medios de comunicación, qué papel desempeñan en realidad en la vida
política , social y económica, y cómo son las relaciones que tienen con otras instituciones sociales. Las cuestiones normativas tienen gran importancia, por supuesto. Un motivo principal para la investigación de los medios de comunicación es su papel central en la vida democrática, y si no podemos contribuir a una discusión critica sobre como cumplen este papel, nuestros investigaciones no tienen sentido. Pero el análisis normativo necesita por fundación un análisis empírico y comparativo.
Nuestro libro es un análisis del desarrollo de los sistemas de medios de comunicación en 18 países de Europa Occidental y América del Norte. Identificamos cuatro dimensiones principales para la comparación de sistemas de medios, los cuales son:

a) la circulación de la prensa y la estructura de los mercados de medios.

b) El “paralelismo político” o la relación entre los medios y los partidos políticos e
instituciones organizadas como sindicatos o iglesias.

c) El tipo y el nivel de profesionalismo periodístico.

d) Las formas de intervención estatal en los medios de comunicación.

Los identificamos con el modelo liberal, que prevalece en Gran Bretaña, Irlanda y
Norteamérica; el modelo democrático corporativo, que prevalece en el norte de la Europa Continental; y el modelo pluralista polarizado, que prevalece en los países mediterráneos del sur de Europa:
• El modelo liberal se caracteriza por el relativo dominio de los mecanismos de
mercado y de los medios de comunicación comerciales, un nivel reducido, en la
mayoría de casos, de paralelismo político, un desarrollo fuerte de profesionalismo
periodístico, y un nivel de intervención estatal relativamente bajo.
• El modelo pluralista polarizado tiene como características principales la
integración de los medios de comunicación en la política de partidos, un desarrollo
histórico más débil de los medios de comunicación comerciales y también de
profesionalismo periodístico, y un importante papel del Estado.
• Y en el modelo democrático corporativo observamos la coexistencia de unas
características que muchas teorías del desarrollo de los medios consideran como
incompatibles: la coexistencia histórica de los medios de comunicación
comerciales con los medios dependientes de grupos sociales y políticos
organizados; la coexistencia un nivel bastante alta de paralelismo político con un
fuerte desarrollo de profesionalismo, y un papel estatal legalmente limitado pero
relativamente activo.
La figura indica la relación de casos contratados como los tipos ideales; como
sugiere, muchos casos son casos mixtos, combinando características de diferentes
modelos. En este análisis, evitamos comparaciones normativas entre los sistemas. En
parte, es porque creemos que debemos entender sistemas de medios de comunicación como sistemas históricos concretos, ligados a unos contextos históricos. La prensa de Italia es diferente de la prensa norteamericana por la historia política y la estructura política de Italia es diferente; no está claro que sentido tiene, en muchos casos, comparar dos instituciones con diferentes funciones históricas por una abstracta. La prensa italiana debe servir a la democracia italiana, no a la democracia norteamericana. Evitamos comparaciones normativas, también porque no creemos que tengamos bastante evidencia empírica comparativa que puedan servir de base para este tipo de juicio.
Las cuestiones normativas surgen más frecuentemente en relación al sistema pluralista
polarizado, porque este se desvía marcadamente de las normas del modelo liberal tan
difundido en la ideología global de la comunicación. A pesar de nuestros esfuerzos a
evitar una discusión normativa, muchos lectores de nuestro libro insisten en interpretar
el modelo mediterráneo como un modelo retrasado en comparación con los otros dos. Y
por supuesto, hay muchos aspectos del modelo pluralista polarizado que son problemáticos para la vida democrática, incluyendo una historia de instrumentalización
de los medios de comunicación por parte de las elites políticas y los propietarios
privados, y una autonomía profesional restringida que resulte. Pero, evidentemente, los
otros sistemas también tienen sus problemas normativos. Un hecho interesante es que
siguiendo el eurobarómetro, el país en donde se público tiene el nivel más bajo de
confianza en la prensa no es un país del mediterráneo, pero el Reino Unido con su prensa popular tan competitiva y tan sensacionalista. Dudamos fuertemente que la investigación mostrara que un sistema es, en general, más avanzado que otro sistema.
Sin embargo, creemos que el análisis comparativo puede contribuir fuertemente a la
clarificación y, a veces, la resolución de cuestiones normativas acerca del papel de los
medios en la democracia. Una de las funciones más importantes del análisis comparativo
es simplemente de demostrar la diversidad de sistemas e instituciones de medios de
comunicación. Hay diferentes tipos de democracia − se puede contrastar la democracia
liberal, por ejemplo, con la democracia corporativa o de “Estado de Bienestar”, y la
democracia mayoritaria a la democracia de consenso, o de compartimiento de poder. Y
hay diferentes sistemas de medios de comunicaciones que ha desarrollado dentro de
estos contextos políticos diferentes. Entender la diversidad de instituciones y de
experiencias históricas nos puede clarificar el espectro de posibilidades históricas.
Cuando estaba aquí en España, hace unos años, haciendo investigación para este libro,
pregunté frecuentemente las opiniones de los periodistas sobre la instrumentalización de
la radiotelevisión de servicio público. Y me sorprendió la presunción corriente de que, por
supuesto, todos los sistemas de radiotelevisión de servicio público siempre deben ser
instrumentalizados. Preguntaba, a continuación sobre el caso del a BBC, y la respuesta
era frecuentemente: “Sí, pero la BBC es algo singular”. Pero de hecho, la BBC no es
singular. Todos los sistemas de radiodifusión, incluyendo la BBC y los que son puramente comerciales, son susceptibles a presiones de varios tipos, pero la gran mayoría de los países de Europa Occidental han construido instituciones que limitan sustancialmente el control político, incluyendo a Francia, que fue una vez el ejemplo más claro de sistema gubernamental de radiotelevisión pública. En este caso, el análisis comparativo puede ser un recurso para impulsar cambios políticos, puede mostrar que no es inevitable la politización de radiotelevisión pública, y por eso puede destacar la responsabilidad de buscar mecanismos para evitarlo.

En otros casos, el análisis comparativo nos puede recordar que no hay un solo modelo de democracia, y no debemos ser demasiado dogmáticos sobre cuales formas de prácticas o instituciones de los medios son los que necesitan la democracia. En Estados Unidos, por ejemplo, hay un importante surgimiento de nuevas formas de medios partidistas, en radio, televisión por cable, y en Internet. Estas formas desvían de las normas establecidas de la ética periodística en Estados Unidos, por el hecho mismo de ser partidistas. Pero, muchas democracias tienen medios partidistas, y esto no es
incompatible, por ejemplo con el desarrollo de formas de profesionalismo periodístico.
Como mostramos en nuestro libro, una forma muy desarrollada de profesionalismo
profesional se desarrollo en Europa del Norte, con niveles muy altos de autonomía
profesional de los periodistas y sistemas de norma éticas muy fuertes. Pero era un
modelo de profesionalismo no centrado en el principio de “objetividad” en el sentido
norteamericano, y fue muy fuerte dentro de los mismos periódicos de partidos.
Finalmente, el análisis comparativo nos puede dar la posibilidad de evaluar las
consecuencias reales de políticas y estructuras institucionales para los valores que
consideremos importantes: la diversidad de voces, la receptividad y la sensibilidad de
medios al público, la independencia y la fidelidad de la información. Es evidente que no
podemos evaluar hipótesis al nivel institucional. Concluyo con dos ejemplos de este tipo
de investigación. Rod Benson y yo publicamos un artículo recientemente en el European Journal of Comunication comparando el contenido de los periódicos nacionales en Estados Unidos y Francia. Nos interesa esta comparación por lo que supone en la literatura, el campo periodístico tiene diferentes relaciones, expresándolo en los términos de la teoría de campos de Bourdieu, con los campos políticos y económicos. Se supone que los medios norteamericanos están más cerca del campo económico, mientras los medios franceses están más cerca del campo político. Y se supone, entre otras hipótesis corrientes, que la prensa francesa, dado el papel más fuerte del Estado en Francia, reflejarás más influencia que los puntos de vista de actores estatales. Francia tiene una historia de intervención estatal bastante fuerte, y actualmente, por ejemplo, tiene el nivel más alta de subvenciones estatales a la prensa. Pero nuestra investigación muestra que de hecho, los actores estatales dominan el contenido de la prensa un poco más en Estados Unidos, y no en Francia. Las implicaciones normativas de estos resultados no siguen directamente, pero son importantes en muchas discusiones de la política de medios de comunicación.

Al otro lado de esta discusión sobre el papel del Estado es la polémica sobres los efectos
de la comercialización de los medios sobre la democracia. Hay muchos que argumentan
que comercialización puede socavar el papel democrático de los medios, por ejemplo por reducir el compromiso de los medios con la cobertura de la vida pública. Y hay evidencias que en muchos casos esta hipótesis es correcta. Pero hay un cuerpo de investigaciones sobre los cambios en los medios de comunicación en México y otros países en América Latina que ofrecen evidencia de que la concurrencia económica puede impulsar formas de periodismo más abiertas y más independientes. En general, es probable que la investigación comparativa nos ofreciera respuestas complejas a preguntas sobre el efecto de estructuras institucionales sobre la democracia. Es decir, nos ayudaría a especificar en qué circunstancias la comercialización favorece la independencia de los medios de comunicación, en qué circunstancias la socava, y en qué circunstancias otros modelos institucionales podrían ser más propicios para la defensa de un valor en concreto. Y este representa un avance importante en nuestra capacidad de contribuir algo más preciso y más seguro a la discusión sobre medios y democracia.

DEMOCRACIA Y CIUDADANÍA
Ponente: Daniel Hallin
Profesor de la Universidad de California