UNIDAD N 7
https://derechopoliticoucc.blogspot.com.ar/2010/08/unidad-7-parlamentarismo-y.html
Transición de la democracia en América Latina.
Enfoques alternativos para el estudio del autoritarismo en América Latina.
1- El estudio del autoritarismo en América Latina.
El autoritarismo no constituye un fenómeno nuevo en América Latina. Por el contrario, sus primeras manifestaciones se confunden con los orígenes mismos de los distintos sistemas políticos la región y desde esa época inicial, es imposible encontrar algún periodo en la evolución política latinoamericana en que en un grupo significativo de piases no haya estado regido por esta forma de gobierno.
Aun cuando el fenómeno del autoritarismo a estado vinculado indisolublemente a la historia política de América Latina, su estudio de ese periodo, el tema había sido abordado principalmente por novelistas y ensayistas.
En el tema concreto del autoritarismo, el ensayismo tampoco aporta una interpretación clara y unívoca. A veces, se han sus orígenes en las raíces de la experiencia colonial hispanoamericana, en los orígenes indígenas de los distintos pueblos. Otras veces se ha puesto el acento en las tendencias arquetípicas presentes en los pueblos hispanoamericanos, la búsqueda de caudillos, el faccionalismo el centralismo, y la existencia de concepciones distintas de la democracia.
Durante un breve periodo, que se extiende entre fines de la década de 1950 y comienzos de la década siguiente y que coincide con el lanzamiento de la Alianza para el progreso, se genero un gran entusiasmo en torno a las posibilidades de la democracia representativa en América Latina, que aprecian confirmar las tesis evolucionistas que surgían en el campo de las teorías del desarrollo político. El derrumbe de regímenes democráticos en Brasil, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Chile, Y Uruguay, así como la persistencia de las dictaduras tradicionales en otros países mas pequeños se encargaron de enfriar el entusiasmo y de señalar nuevamente la necesidad de estudiar en profundidad el fenómeno del autoritarismo latinoamericano. Es mas, las características que asumieron varios de estos regímenes autoritarios, especialmente en los países más grandes de la región, llevo a muchos especialistas a identificar el surgimiento de un nuevo tipo de Estado en América Latina.
2-Teorias clásicas del desarrollo político y sus adaptaciones al caso latinoamericano.
Dentro de este contexto surge la concepción general de un proceso social y político relativamente universal, unilineal y progresivo que arranca de un mismo punto de partida, la sociedad tradicional, y que a través de distintas etapas o secuencias conduce a un determinado punto de llegado estadio final. Los fenómenos que explican este proceso son de índole económica, cultural, religiosa, política, etc., pero el factor clave parece ser la creciente racionalidad de los actores sociales y, en especial de la autoridad.
La modernización es concebida con un proceso multifacético que afecta a toda la sociedad. En el campo político, ella supone una tendencia hacia la secularización, hacia la diferenciación de estructuras y roles políticos y hacia la plurarización de las instituciones y actores.
En el enfoque de Anderson, se resalta la evolución especial que a caracterizado a la modernización en la región, en el sentido de que a diferencia de otros casos ella no ha influido en grandes revoluciones históricas que desplazaron a determinados sectores políticos como por ejemplo los latifundistas o el clero.
El resultado de esta evolución especial habría sido, una situación de autoridad fragmentada caracterizada por la coexistencia de distintos contendientes y recursos de poder, y la carencia de algún criterio único de legitimación política en la región; dentro de este contexto general, el autoritarismo aparece como una manifestación mas del carácter tentativo del proceso político latinoamericano orientada a llenar un vacío de poder, meta que en ultima instancia tampoco podría llegar a obtener.
Los enfoques de la modernización y del desarrollo político han sido objeto de una critica a veces implacable. Por lo tanto, se cuestiona la pretensión universalista y generalizadora de algunas de sus versiones, en el sentido de que postulan la existencia de procesos ascendentes y uniformes hacia ciertos tipos de democracia, sin reparar en la singularidad histórica de cada experiencia concreta.
La tradición política de América Latina.
Si los enfoques anteriores pretenden explicar el cambio político y el autoritarismo latinoamericano a la luz de procesos de modernización análogos aunque no necesariamente idénticos a los de otras regiones, un segundo grupo de enfoques destaca la singularidad de la experiencia histórica y, sobre todo, de la cultura política y carácter nacional de esta parte del mundo. El postulado básico de la categoría muy general y algo arbitraria que hemos identificado en esta sección es que los latinoamericanos son diferentes por razones históricas y culturales y que, en consecuencia, los esquemas diseñados para entender las políticas europea o norteamericana no tienen mayor valides para nuestros propios sistemas políticos.
En un volumen enteramente dedicado al corporativismo el mismo autor llega a definirlo como único sistema genuinamente latinoamericano, frente al cual tanto el liberalismo anglosajón como el socialismo aparecerían como alternativas falsas. Se trataría siempre según Wiarda, de un sistema flexible y adaptable, enteramente distinto al fascismo y de gran popularidad en todos los sectores políticos de la región desde la izquierda hasta la extrema derecha. Aunque el autor no es muy claro en este punto pareciera que los componentes básicos del corporativismo serian ciertas formas de representación funcional de intereses, controladas y dirigidas por un Estado que asume un papel autoritario y tutelar dentro de un sistema en que perduran los intereses tradicionales.
En la concepción inicial del corporativismo como una suerte de prototipo latinoamericano esta implícita la idea de que el autoritarismo es un producto casi natural de tradición distintiva de la región.
El autoritarismo como nueva etapa del capitalismo dependiente.
De acuerdo a la visión Marxista ortodoxa, hay una correspondencia clara entre el carácter que asumen las relaciones sociales de producción y la naturaleza del Estado, entidad que es considerada a la vez como un reflejo y un instrumento de la dominación que caracteriza a la sociedad. Dentro de esta relación general de determinación entre la infraestructura y el Estado, se plantea una diferencia crucial entre el tipo de Estado y las distintas formas de gobierno que se pueden dar. El tipo, que constituye la categoría esencial estará determinada por la estructura económica, y tendera a variar de acuerdo a una secuencia claramente evolucionista y muy precisa en que las variables fundamentales se sitúan al nivel de la infraestructura. La forma, en cambio, puede presentar importantes variaciones derivadas de factores históricos, culturales, económicos, externos o de la misma dinámica del conflicto de clases al interior de la sociedad.
Dentro de este marco todavía muy general, hay enfoques que tienden a considerar al Estado autoritario en la región como un fenómeno natural irreversible con respecto a otras alternativas de dominación burguesa y necesaria. Natural, en términos de su correspondencia con una determinada fase del imperialismo;irreversible, en el sentido de que aparecerían como la consecuencia del agotamiento definitivo de otras formas de gobierno en la región y que solo podría ser reemplazado por el socialismo; necesario, porque refleja y hace viable la reestructuración del capitalismo mundial y la sobrevivencia de los grupos dominantes, tanto en los países centrales como en la periferia.
El Estado burocrático autoritario.
Desde el punto de vista histórico, la secuencia que lleva a este tipo especial de Estado se inicia en el período de entreguerras, cuando el crecimiento industrial horizontal de Argentina y Brasil, apoyado, en la estrategia de sustitución de importaciones de bienes de consumo, sentó la base para la constitución de coaliciones populistas (integradas por sectores de la burguesía nacional, capas medias y representantes sindicales) que alentaron el aumento de la participación de los sectores populares. El agotamiento gradual de lo que O`Donnell llama a la etapa “fácil” de sustitución de importaciones provoca una profunda crisis económica, marcada por altos índices de inflación, déficits permanentes de la balanza de pagos, desempleo y subempleo, cuellos de botella en el sector industrial, etc. Dentro de este cuadro de crecientes dificultades económicas, que en una medida decisiva son inducidas o agravadas por los condicionamientos externos, las igualmente crecientes demandas de consumo y de participación política por parte de los sectores urbano populares son percibidas como serias presiones y amenazas para la estabilidad de gobiernos civiles controlados por los grupos dominantes, algunos de los cuales incluso habían integrado las coaliciones del período populista de entreguerras. El surgimiento del E.B.A. se explica entonces como una reacción de estos grupos sociales dominantes frente a un período prolongado de activación popular y de crisis provocada por el agotamiento de la etapa horizontal de sustitución de importaciones. Esta nueva forma de Estado se gesta a partir de una alianza entre los sectores mas internacionalizados de la burguesía de las Fuerzas Armadas, que es apoyada inicialmente por buena parte de los sectores medios y de la burguesía nacional, que gradualmente se van marginando del régimen. Sus características principales son, según este análisis: las posiciones de gobierno son ocupadas por personas procedentes de organizaciones complejas y burocratizadas; se trata de sistemas de exclusión y desactivación política respecto de los sectores populares y sus aliados, mediante la represión y el control vertical por parte del Estado; son sistemas de exclusión económica, en el sentido que reducen y postergan las aspiraciones del sector popular; son sistemas con pretensiones despolitizantes, en el sentido que intenta reducir las cuestiones económicas y sociales a problemas técnicos y corresponden a una etapa de transformación de sus sociedades, las que a su vez son parte de un proceso de profundización de un capitalismo periférico y dependiente, que ya está dotado de una extensa industrialización.
[F] Alberto Van Klaveren.